Con la muerte de un motociclista ayer a la mañana en la zona de El Mercofrut suman ocho casos, en dos meses, de conductores que huyen tras embestir a un transeúnte o un motociclista con un vehículo de mayor porte. De la totalidad de los casos, casi la mitad (tres) terminaron en tragedia.
Alrededor de las 7 de ayer, un taxi con licencia de Banda del Río Salí chocó contra una Honda CG que estaba tirada frente al Mercofrut y la hizo rodar unos 60 metros por la autopista. Tanto el chofer como su pasajero comenzaron a llamar a los servicios de emergencia, para avisar lo que había ocurrido. Poco después, advirtieron que al costado del camino, a la altura del lugar donde estaba tirada la moto, había un cuerpo.
Los efectivos que llegaron al lugar revisaron los bolsillos de la víctima y pudieron saber a través de sus documentos que se trataba de Esteban Mauricio Gambarte, de 28 años. Luego del trabajo de Criminalística en el lugar, los forenses le pidieron a la fiscalía que se realizara una autopsia porque no estaban seguros de la causa de muerte. Sin embargo, a simple vista comprobaron que el impacto había sido muy fuerte, porque el hombre tenía fracturas en las piernas y la cervical. Hasta el cierre de esta edición, los especialistas no habían remitido este informe a la fiscalía X°, subrogada por Adriana Reinoso Cuello.
Sin embargo, a partir de las primeras averiguaciones que se hicieron en el lugar, se pudo saber que Gambarte habría sido embestido por una Toyota Hilux. De hecho, con este dato se dio aviso a todas las patrullas de la zona, para que estuvieran atentos por si veían a una camioneta de esas características y con algún daño en el paragolpes o la parte delantera. Por el momento, este vehículo no fue hallado.
Este sería el tercer homicidio culposo en dos meses en el que un conductor se da a la fuga, tras los casos de Leonel Fermoselle (México y Padre Correa) y Lucas Suárez (avenida Aconquija y Bascary, Yerba Buena). Además, hubo dos casos con mucha repercusión en los que las víctimas tuvieron graves secuelas: los de la estudiante Paula Argañaraz (avenida Aconquija al 1.200) y el canillita Pedro José Castro (ruta 9).
Más tragedias
Gambarte no fue el único motociclista que perdió la vida ayer en Tucumán. Alrededor de las 13, Ariel Darío Caínzo viajaba en su moto Gilera por la ruta 301, a la altura de El Manantial. En la intersección con la calle Lavalle, el hombre de 35 años chocó contra un camión y quedó en gravísimo estado. Los médicos que lo recibieron en la guardia del Hospital Padilla diagnosticaron que tenía politraumatismos y TEC (Traumatismo Encéfalo Craneano) grave, ya que no habría tenido puesto el casco, según fuentes policiales. El motociclista agonizó durante algunas horas y cerca de las 17, falleció.
En el lugar trabajó personal de la Regional Oeste, supervisado por el comisario Jorge Bustamante. Por el momento, no se dieron a conocer las conclusiones de las pericias de Criminalística. Sin embargo, la versión que maneja la Policía y la Justicia es que el camión se habría movilizado por Lavalle de oeste a este y que habría intentado ingresar a la ruta; Caínzo no habría podido frenar y terminó embistiendo al vehículo de mayor porte, un Dodge color anaranjado.
Tras el choque, la primera carátula fue “lesiones culposas”. Como el camionero, de 28 años y oriundo de El Manantial, estaba sobrio y no se había dado a la fuga, no se tomaron medidas privativas de la libertad en su contra. Con todo, tras la muerte de Caínzo la causa pasó a ser “homicidio culposo”.
Allegados a la víctima comentaron que trabajaba en una empresa de seguridad privada y que solía cuidar el Yerba Buena Golf Country Club, conocido también como “country viejo”. Ante esta situación, algunos vecinos comenzaron a organizarse para ayudar a la familia con los costos del sepelio.
La última víctima mortal de ayer -en un lapso de 10 horas- fue Franco Arias, de 23 años, quien cayó de su moto en Benjamín Aráoz al 600 y murió por el fuerte golpe que sufrió contra la platabanda. Poco después de llegar al hospital Padilla, falleció mientras los médicos intentaban revivirlo.